Así como hoy hace 28 años, Sendero Luminoso ocasionó el atentado en la Calle Tarata

Eran las 9 de la noche, del 16 de julio del año 1992, una cúpula de Sendero Luminoso hacía estallar dos "coches bombas" con 400 kilos de anfo y dinamita. Inmediatamente el humo, el fuego, un edificio colapsado, cientos de personas entre desaparecidas, heridas y muertas, rodeadaban toda la cuadra 2 de la Calle Tarata en el distrito de Miraflores.

Este atentado terrorista en la mencionada calle, dejó 25 personas muertas y 155 heridas. Además, 360 familias quedaron damnificadas y en pérdidas materiales la suma fue de 3 millones de dólares

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Los terroristas convertían en un mismo infierno a la capital, no sólo por el atentado en Miraflores, sino porque en el distrito de Villa María del Triunfo, los súbditos de Abimael Guzmán, derribaron una torre de alta tensión y por si fuera poco, tenían planeado estallar otro "coche bomba" en la comisaría del distrito, pero afortudamente la bomba fue desactivada a tiempo.

Uno de los peores ataques terroristas de la historia se vivía aquella noche en todo Lima, porque habían más objetivos a la vista. En el Callao hubo una detonación y el objetivo era una comisaría. En La Victoria, se cometieron otros dos atentados con explosivos: en las instalaciones del Banco Latino, ubicado en el cruce de las avenidas Parinacochas y México; y en un grifo entre el jirón Huánuco y la avenida Isabel La Católica.

La justicia no tardó en llegar, porque el 12 de septiembre del mismo año, Abimael Guzmán, Elena Iparraguirre, Margot Liendo y Osmán Morote eran capturados por el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), creado por  la Dirección contra el Terrorismo de la Policía Nacional (Dincote) y la cual fue dirigida por el general Ketín Vidal.

Todos ellos fueron sentenciados a cadena perpetua y aunque han presentado en más de una ocasión distintos habeas corpus para lograr su libertad, el Poder Judicial los archivó, ya que por todo el año ocasionado al país, sus vidas deben acabar en una celda. 

Ni olvido ni perdón para estos asesinos, una oración en memoria a quienes nos dejaron hace 28 años y la solidaridad para los familiares de los deudos, a las víctimas vivientes y a los miembros de la policía por su interminable batalla por este caso, porque a pesar de todo lo vivido, los juicios siguen y muchos de ellos siguen en etapa de pruebas. 


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