[Columnista invitado, Alejandro Salas] La importancia de mostrar nuestra voz: El candidato que quiero ser

Alejandro Salas

                                                                                                                       

ALEJANDRO SALAS ZEGARRA                                                                                                                 alejandro salas 

Abogado y Analista Político.

Grado académico de MAGISTER registrado en SUNEDU en Gestión Pública con mención en  Defensa Nacional por el Centro de Altos Estudios Nacionales (CAEN). Estudios de Maestría en Derecho Constitucional en la UNFV. Certificado de PolicyLab expedido por la  National Defense University – Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa - Washington D.C . Especialización en Contrataciones Públicas por la Universidad del Pacífico. Especialista en Gestión de Gobiernos Locales egresado del Programa en Gestión Municipal PGM–CIVIS de la Universidad ESAN.             

Desde muy chico el amor y la lectura por la política llamaron mucho mi atención, y es así como las conversaciones en casa sobre las diversas generaciones de políticos que pasaban por nuestro país eran cotidianas con mi padre, mientras este leía no más de cuatro periódicos que pedía al día, viví de niño lo que fue tomar leche enci y hacer largas colas para un pan, de adolecente viví con los coches bombas, vi también peleas a golpes en el Congreso y de universitario vi videos que evidenciaban como la dignidad en el Perú tenía precio y como nuestra política se mostraba altamente violenta y venida a menos.

Entonces surgió en este camino de vida la disyuntiva de ¿qué debemos hacer?, ¿quedarnos sentados?, ¿mirar y opinar?, pues hay ciudadanos que entienden de política, la observan, y al mismo tiempo la detestan y buscan estar lo más alejados de ella, situación que es absolutamente comprensible y entendible en un país donde para muchos y por muchos años la política es el arte de destruir. Sin embargo, también existen aquellos cuya vocación, los hace siempre estar en el escenario con las ganas de aportar algo más de lo que se nos muestra, soy un convencido que en el Perú hay más gente buena que mala y que en la política también hay gente buena, aquella que no representa intereses privados sino representan en su voz lo que muchos quieren expresar o decir,  aquellos que no representan capitales para empeñar su nombre y su labor y aquellos que en sus valores forjados en casa quieren lo mejor para el prójimo, estas diferencias las encontramos, pero vemos como  lamentablemente son aquellos -los que no deben estar- que siempre andan decidiendo por cada uno de nosotros.

Encontramos en este camino gente que también se te acerca “brindado su ánimo y apoyo” esperando lograr algo cuando uno “logre el objetivo” y sino lo lograste igual sienten que algo con obligación debes darles, todo esto lo aprendes en el camino y comprendes aquella frase tan importante de “nunca des esperando recibir”, haz siempre las cosas con el corazón.

Hoy una campaña política más me hace levantar mis pertrechos, con muchos sacrificios a cuesta, como el tener que dejar de ver a mi familia varios días y sobre todo los fines de semana por salir a caminar con mucho cuidado en medio de una pandemia para encontrar el sueño de un nuevo país. El lograrlo siempre será anecdótico porque quienes sentimos la política buena disfrutamos de esto, de dejar nuestra voz, de ganarnos un respeto, de hacer ver al resto (a esos a los de siempre) que existimos y que podemos serles incómodos. Que nuestra voz se escuche, ya es un logro sin más armas que los conocimientos adquiridos durante varios largos años de estudio que uno busca ponerlos a disposición, no soy ni nunca fui un candidato de una dinastía u apellido en política, no soy un candidato de logias, de sectas, de extremos, de arrastres o de argollas, soy sólo un candidato empático y tolerante que a diferencia de muchos de ellos (abundantes en varias tiendas políticas) considero que me preparé con verdad para exponer con propiedad lo que oferto y es que lo más importante es ser un candidato que busque las soluciones sin dejar de ser el ser humano que siente las necesidades de quienes menos tienen, la política jamás puede verse como una inversión con apoyo de intereses para defenderlos después, la política debemos verla como un sacrificio de vocación de cariño al país para servir a los demás en donde sí tienes que gastar para ello, pues tendrás que saber que eso jamás lo recuperaras y ese es el verdadero sentido del desprendimiento . 

Reconforta siempre que sean amigos aquellos quienes sin necesidad de estar en política quieren que el país comience a cambiar y te alientan y te empujan alimentando el ánimo, a ellos siempre gracias, pues son los amigos del colegio, de la universidad, del lado laboral y profesional así como la familia quienes cuando te ven levantar esos pertrechos de campaña te dicen con la incertidumbre del “¿que estás haciendo?” ¡acá estamos! y te alcanzan agua, te alcanzan un calendario, una publicidad y todo lo que en buena cuenta y con humildad te pueda ayudar y ese es el candidato que siempre quiero ser, aunque a veces eso no alcance pues sé que algún día alcanzará y como dice Soledad en “brindis”:  "seguir siguiendo al corazón y coquetear con la intuición… siempre voy detrás de lo que siento, cada tanto muero y aquí estoy".

Nunca perdamos el sueño de esos días por venir, nunca resignemos nuestros anhelos seamos tercos con ellos y disfrutemos cada momento que la vida nos pone un reto y nos hace salir de nuestra zona cómoda, poniéndonos al frente la adversidad inclusive aquella de ser soldados de la democracia dispuestos a ser una cuota que busca cambiar todo esto sin importar a quien tengamos que enfrentar, pero sobre todo nunca dejemos de lado lo aprendido en casa.

Llegó la hora nuevamente que sea un buen 2021 -11-04  ♯5 

Alejandro salas 2021